Autor: mamen

Hoy entrevistamos a Paco Escarti, presidente del Club de Leones Sevilla – Nervión que nos cuenta un poco más sobre su gran labor y trayectoria:

Habladnos un poco de vuestro Club ¿A qué se dedica?
El CLUB DE LEONES SEVILLA NERVIÓN es uno de los más de 45.000 clubes de leones que existen en el mundo, repartidos por más de 200 países y que cuentan con más de 1,35 millones de socios activos.
Nuestro club, al igual que los demás, desarrolla su labor solidaria a nivel global, aportando fondos, recursos y personal a aquellas zonas que sufren catástrofes o necesidades. A nivel local, colaborando con proyectos y entidades sevillanas como las Parroquias de Los Pajaritos y La Candelaria para su hogar social para mujeres y sus hijos en riesgo de exclusión, Las Hermanas Filipenses y su hogar para mujeres solteras y sus hijos además de para el comedor social que regentan. La Azotea Azul, famoso proyecto para la construcción de un espacio infantil para los niños ingresados en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. Sufragamos el entrenamiento de perros guía para ciegos. Recogemos y donamos gafas graduadas usadas para mandarlas a países subdesarrollados. Colaboramos todos los años con la Hermandad del Rocío de Triana, comprando alimentos para sus campamentos de verano para niños en exclusión social. Todo esto entre otras labores como la de colaborar con otras entidades sin ánimo de lucro.
En sólo unos días llevaremos a cabo un nuevo proyecto como es el de la organización del IV Mercadillo Solidario en colaboración con el Real Club de Tenis Betis de Sevilla en sus instalaciones, que tendrá lugar el próximo 12 de septiembre y cuya recaudación irá a la Asociación Pablo Ugarte para la investigación sobre el cáncer infantil.

¿Por qué decidisteis iniciar este proyecto?
Los miembros de este club somos personas muy distintas entre nosotros, de distintos ámbitos profesionales que hemos coincidido en ver la necesidad que hay ya no en otros países que históricamente han necesitado ayuda humanitaria, si no en nuestra propia ciudad, justo al lado de los barrios en los que hemos crecido y jugado cuando niños.
Desgraciadamente el estado, las administraciones y los que las gestionan, no han sido capaces hasta ahora de dar respuesta a estas necesidades y es por eso que nacen clubs como el nuestro, para ayudar y servir a los que lo necesitan.

Describid una de las mejores/peores situaciones que hayáis tenido. ¿Qué la hizo diferente?
La mejor situación, sin duda alguna es cada vez que acudimos a algún centro o asociación con la que hemos colaborado y sentir el agradecimiento sincero y humano de las personas que han recibido nuestra ayuda. No tiene precio.
La peor situación, posiblemente sea la situación contraria, cuando vamos a visitarlos y conocemos sobre el terreno las necesidades que tienen. Es duro comprobar que esas cosas pasan en nuestra ciudad y que tanta gente vive ajena a ello, pensando que al ser Sevilla, esas cosas no existen.

¿Cómo os veís en el futuro?
Nuestro futuro es alentador. Cada vez somos más y con más ganas de trabajar y aportar tiempo e ideas para ayudar a los demás. Tenemos muchísimos proyectos e ideas que esperamos ir poniendo en funcionamiento poco a poco.
El futuro de nuestra sociedad es otro tema. No soy pesimista pero si realista y desgraciadamente los valores, entre ellos la caridad y la solidaridad cada vez escasean más. Nuestros dirigentes siguen sin ver el problema real que tenemos en esta ciudad y siguen empeñados en perderse en minucias que no interesan a nadie y en desconocer la realidad de la calle y de los ciudadanos a los que representan.

¿Crees que un blog le aporta valor a un club? ¿Cómo?
Por supuesto que sí, estoy convencido de ello. La sociedad actual se mueve fundamentalmente por internet y por blogs, páginas webs y redes sociales. Si no apareces en ellos, no existes. Nadie te conoce.

Si le pidierais a la persona más cercana a vosotros que os describiera en una palabra, ¿cuál sería y por qué?
SERVIMOS.
Es el lema del club (NOSOTROS SERVIMOS) y es lo que nos mueve, servir a los que lo necesitan de forma desinteresada, sin pedir nada a cambio y sabiendo que es nuestra obligación.